Stop a la creación audiovisual para menores de 3 años

Existen multitud de estudios que muestran de manera cuantitativa los gustos, preferencias y usos que hacen los menores de la televisión. Otras investigaciones más cualitativas se encargan de estudiar los comportamientos y actitudes de los más pequeños entorno a la pequeña pantalla, pero lo cierto es que en la mayoría de esas investigaciones el universo de estudio lo comprenden niños de entre 4 a 12 años. Teniendo esto en cuenta resulta llamativo que Reino Unido quiera prohibir la creación de productos audiovisuales destinados a menores de 3 años, por las consecuencias que pudiesen tener para el desarrollo de la infancia, puesto que a día de hoy ese ranking de edad comprendido entre los 0 y 3 años viene siendo excluido por los investigadores. De modo, que el consumo que estos infantes hagan de la televisión y sus posibles repercusiones son, en gran parte, desconocidas para la sociedad.

Bien es cierto que psicólogos y pedagogos vienen recomendando la edad de 3 años como la idónea para iniciar a los menores en el mundo del audiovisual -cine, televisión, Internet, et.,- Pero los informes exhaustivos sobre las consecuencias de la televisión en niños menores de 3 años brillan por su ausencia, por lo que no sería de recibo la prohibición en la creación de este tipo de productos audiovisuales sin antes dar a conocer los resultados sobre el posible impacto negativo que puedan generar en los menores.

Desde el pasado 1 de noviembre Reino Unido y Francia van a una. Al parecer el informe del Consejo Audiovisual Francés ha sido capaz de lanzar una llamada de atención sobre los posibles riesgos en la psicología de los "bebés" causados por la televisión: fomento de la pasividad, problemas del lenguaje, la expresión, menor concentración, alteraciones del sueño, etc. Conclusiones que han hecho mella en los ingleses, que ya anuncian un nuevo informe realizado por el Ofcom británico. Lo curioso del caso es que antes de dar a conocer los datos y conclusiones del estudio han decidido de antemano prohibir la producción de programas.

Una vez más surge la polémica entorno a la reina de los medios de comunicación; ahora está por descubrir si el problema radica en que los contenidos creados para esas edades, a día de hoy, no son los más acertados, o si el simple hecho de exponer a los niños de edades tan tempranas al impacto de la televisión es en sí mismo perjudicial.