"La actividad de los medios de comunicación del Estado se inspirará en el principio de la protección de la juventud y de la infancia" así queda constatado en las leyes reguladoras de las televisiones públicas y privadas, que se cumpla es otra historia.
Si se observa la programación que ofrecen las distintas cadenas de televisión seremos testigos de incumplimientos constantes de los Derechos para el menor. Esto ocurre tanto a nivel nacional como regional, en el VII Foro Andaluz de la Infancia, el Vocal del Consejo General del Poder Judicial, Félix Pantoja daba dos visiones sobre la posición de los menores en los medios de comunicación:
1. Los menores como protagonistas en los medios de comunicación.
2. Los menores como receptores de la información de los medios de comunicación.
Ambas posiciones amparadas por la Ley Orgánica se presentan polémicas, ya que los límites entre los que ha de moverse el derecho a la libertad de expresión y el derecho de los menores a recibir información o a ser protagonista de las mismas, sin que ésta le ocasione perjuicios, puede producir la colisión de ambos derechos.
En estos aspectos la norma se muestra imprecisa y a la vista está la violación de la Ley por parte de los profesionales de los medios de comunicación. Si algo sacamos en claro de esta ponencia, es que en tal situación siempre primará el interés superior de los menores sobre cualquier otro interés legítimo que pudiera concurrir.
Las leyes están para cumplirlas y la responsabilidad en estos aspectos concierne a todos, desde el directivo de turno pasando por todos y cada uno de los profesionales del mundo de la comunicación. Es más, la responsabilidad abarca a todas aquellas personas que se muestran impasibles ante el receptor de televisión porque ellos son quienes tienen el control de las informaciones que reciben sus hijos, nietos, sobrinos, etc. Sólo hace falta un poco de concienciación y darse cuenta que los medios han sido creados para informar, formar y entretener, pero también han de promover valores cuidando la forma y el contenido, de todas y cada una, de sus informaciones. Nunca se sabe si la mirada inocente de un niño puede estar en ese momento ante la pantalla de televisión.
Si se observa la programación que ofrecen las distintas cadenas de televisión seremos testigos de incumplimientos constantes de los Derechos para el menor. Esto ocurre tanto a nivel nacional como regional, en el VII Foro Andaluz de la Infancia, el Vocal del Consejo General del Poder Judicial, Félix Pantoja daba dos visiones sobre la posición de los menores en los medios de comunicación:
1. Los menores como protagonistas en los medios de comunicación.
2. Los menores como receptores de la información de los medios de comunicación.
Ambas posiciones amparadas por la Ley Orgánica se presentan polémicas, ya que los límites entre los que ha de moverse el derecho a la libertad de expresión y el derecho de los menores a recibir información o a ser protagonista de las mismas, sin que ésta le ocasione perjuicios, puede producir la colisión de ambos derechos.
En estos aspectos la norma se muestra imprecisa y a la vista está la violación de la Ley por parte de los profesionales de los medios de comunicación. Si algo sacamos en claro de esta ponencia, es que en tal situación siempre primará el interés superior de los menores sobre cualquier otro interés legítimo que pudiera concurrir.
Las leyes están para cumplirlas y la responsabilidad en estos aspectos concierne a todos, desde el directivo de turno pasando por todos y cada uno de los profesionales del mundo de la comunicación. Es más, la responsabilidad abarca a todas aquellas personas que se muestran impasibles ante el receptor de televisión porque ellos son quienes tienen el control de las informaciones que reciben sus hijos, nietos, sobrinos, etc. Sólo hace falta un poco de concienciación y darse cuenta que los medios han sido creados para informar, formar y entretener, pero también han de promover valores cuidando la forma y el contenido, de todas y cada una, de sus informaciones. Nunca se sabe si la mirada inocente de un niño puede estar en ese momento ante la pantalla de televisión.
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