
Cada día son más los padres que se preocupan porque sus hijos crezcan en un entorno tecnológico saludable, y aunque pueda resultar extraño, los datos muestran un índice de preocupación del 39'5% ante los riesgos de dependencia o uso abusivo que pueden generar en los menores frente a los riesgos técnicos y de malware que no son percibidos como graves por los padres -este tipo de casos son los que más suelen afectar a los niños-. Lo cierto es que los menores pasan una media de 14'5 horas a la semana conectados a la Red, de hecho el 75% de los menores les gusta más Internet que otro tipo de cosas. Ante esto, los padres son cada vez más precavidos y se interesan más por los contenidos a los que acceden sus hijos pero el dato preocupante es que el 85% de los pequeños no son capaces de dar respuesta ante ciertas situaciones y tan sólo un 1% de los menores pediría ayuda a sus padres en situaciones de riesgo. ¿Desconfianza, miedo o falta de información?...
Estudios como estos son cada vez más necesarios porque nos revelan que, a día de hoy, todavía queda mucho por hacer en materia de formación tanto para padres como para hijos; la educación en estos aspectos juega un papel relevante para el conocimiento y uso adecuado de las TIC.
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